
La calidad del aire constituye uno de los asuntos ambientales que afecta de manera más directa a la población.
Para abordar este desafío, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile, conforme a sus competencias, ha dictado normativas para restaurar los niveles de calidad atmosférica definidos en las normas de calidad del aire vigentes en el país.
De acuerdo con los resultados de los monitoreos de calidad del aire a lo largo del territorio nacional, a la fecha se han decretado 21 zonas del país bajo la categoría de saturación o latencia por contaminación atmosférica.
De estas áreas, 19 ya tienen publicados sus correspondientes planes de prevención y/o descontaminación atmosférica y 3 planes se encuentran en elaboración
Para una correcta gestión de la información sobre calidad del aire, el Ministerio del Medio Ambiente opera 57 estaciones de monitoreo distribuidas por todo el territorio, la que se muestra en línea con acceso público a través del Sistema de Información Nacional de Calidad del Aire.
La OMS
Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica es el principal riesgo ambiental para la salud (Prüss-Ustün, Wolf, Corvalán, Bos y Neira, 2016). La entidad estimó que una de cada nueve muertes en todo el mundo es resultado de condiciones relacionadas con la contaminación atmosférica (OMS, 2016a).
El contaminante atmosférico más relevante para la salud es el material particulado (MP) con un diámetro de 10 micras o menos, capaz de penetrar profundamente en los pulmones e inducir la reacción de la superficie y las células de defensa.
La mayoría de los contaminantes son resultado de la quema de combustibles fósiles, pero su composición puede variar según sus fuentes.
Las directrices de la OMS (2006) sobre la calidad del aire recomiendan una exposición máxima de 20 microgramos[2] por metro cúbico (µg/m3) para el material particulado grueso o MP10 y de 10 µg/m3 para el material particulado fino o MP2,5, sobre la base de las evidencias de los efectos en la salud de la exposición a la contaminación del aire ambiente.
La realidad de Latinoamérica
El 79% de la población de América Latina y el Caribe vive en pueblos y ciudades de más de 20.000 habitantes (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [Cepal], 2014).
Esto representa una importante demanda de energía, incluyendo la provisión de servicios, la producción y consumo de materiales y bienes, el transporte y la movilidad, todo lo cual contribuye con la contaminación del aire.
En efecto, el transporte de mercancías y la movilidad humana se basan fundamentalmente en soluciones individuales, que exigen un alto consumo de energía con baja eficiencia.
Además, los vertederos para residuos sólidos de las ciudades, en gran parte no regulados, o la ausencia de políticas públicas para el sector, representan no solo una fuente de emisiones de metano y sitios de reproducción de vectores, sino también considerables cantidades de partículas finas por incendios accidentales y no accidentales, con grandes aportaciones potenciales a la contaminación atmosférica en entornos urbanos.
Globalmente, la energía doméstica es una fuente importante de contaminación del aire exterior. La contaminación del aire en los hogares, que proviene sobre todo de cocinar en estufas tradicionales a fuego abierto, es responsable de 12% de la contaminación global por partículas finas ambientales o MP2,5 (OMS, 2016b).
La quema de cultivos sigue siendo legal y se practica ampliamente en muchos países, lo que también puede contribuir a la mala calidad del aire.
Esta realidad es compartida en Chile, con 88% de su población viviendo en zonas urbanas; un parque automotor en sostenido crecimiento; una matriz energética basada en la combustión de carbón, petróleo y biomasa, y una economía extractivista.
A ello se suman factores climáticos, como la inversión térmica que afecta a la Región Metropolitana, y la presencia de un clima frío en la zona sur del país, todo lo cual hace que la calidad del aire sea uno de los desafíos más importantes para la institucionalidad ambiental
Planes de prevención y/o descontaminación
Para las zonas declaradas latentes o saturadas por contaminantes en el aire, el MMA elabora planes de prevención y/o descontaminación ambiental.
A través de la definición e implementación de medidas y acciones específicas, estos planes tienen por finalidad evitar la superación de una o más normas de calidad ambiental primaria o secundaria, o recuperar los niveles señalados en las normas primarias y/o secundarias de calidad ambiental.
Planes de prevención y/o descontaminación
Planes de prevención y/o descontaminación ambiental vigente y en elaboración, por zonas. Actualmente, se consideran planes de prevención y/o descontaminación ambiental para 21 zonas del país, de los cuales 19 se encuentran vigentes y 3 en proceso de elaboración.
De los procesos de elaboración se observa la revisión del Plan de Descontaminación para las comunas del valle central de la Región de O’Higgins, que tiene plan vigente por MP10, en revisión, y a su vez tiene en proceso de elaboración su plan por MP.
Programas e iniciativas de promoción de tecnologías limpias
Dentro de este tipo de iniciativas destaca el Programa de Recambio de Calefactores, que es una medida estructural de la mayoría de los planes de descontaminación atmosférica de las ciudades del centro y sur de Chile.
Por medio de este programa, los beneficiarios pueden acceder a un nuevo sistema de calefacción más eficiente y menos contaminante cuando hacen entrega de su antiguo calefactor y/o cocina a leña. El número de recambios considerados en cada plan permite alcanzar la norma calidad del aire en la respectiva ciudad.
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